Luna Humahuaca

Sobre el comienzo de la primavera del 2005, fuimos con mi padre a hacer un trabajo fotográfico para un libro biográfico de la Grandiosa obra del Pintor de la Quebrada de Humahuaca (Francisco Ramoneda). Nos recibió su hijo, otro Increíble pintor y mejor persona, Luis Ramoneda, quien tres años mas adelante me dio el honor de realizarle no solo las fotos de sus Magnificas Obras, sino que también me otorgo la libertad y confianza para desarrollarle el Diseño del catalogo para su muestra en el Museo de Bellas Artes de la Boca "Benito Quinquela Martín" de Buenos Aires.

Fue mi primera vez en la Quebrada, lugar mágico si los hay. Encontré situaciones interesante por todos lados.

Cada día, cuando terminábamos de trabajar salíamos a recorrer los pueblo de alrededores (tan mágicos como Humahuaca). Una combinación perfecta de energía, historia, colores y naturaleza.

Cuando retornábamos al hotel para ducharnos y volver a salir para escoger un bar, de los poco que estaban abiertos a esa altura del año, experimentábamos las comidas regionales que nuestro amigo Luis nos sugería.

Una vez ya finalizada la cena, mi viejo volvía al hotel y yo salía a caminar solo en la noche por el pueblo como un extranjero que desconocía de todo movimiento nocturno de una ciudad de 6200 habitantes.

Cuando pasaba por segunda vez por el "Monumento a los Héroes de la Independencia", me sentaba, ya agitado por los 3000 metros que me separaban del nivel mar, y muy valientemente me encendía un cigarrillo para que prácticamente que se consuma solo.

Y fue ahí donde todo empezó a suceder con tal naturalidad, pero con una grandeza única. Esa Gigantesca esfera de luz empezó a revelarme las siluetas casi anatómicas del cual yo era el único espectador, y ella la única estrella.